....existe otra forma de racismo bienpensante y amable : el que inconscientemente tiene el occidental que se cree con el derecho y la obligación a salvar a la Humanidad más atrasada, asumiendo el papel de garante de todos, cuando lo que late en este pensar es un larvado complejo de superioridad racial o cultural de por creerse superiores al Otro: más ricos,más listos y más guapos hay que ayudarlesa salir de la situación que su civilización o cultura les ha dado
Resulta curioso es que exista un derecho humano fundamental para los pueblos indígenas, el de aislamiento y nadie piense en que pueda ni siquiera mencionarlo un Estado constituido u otra entidad política territorial, aquellos lo tienen con sólo desearlo, los otros serían, seríamos unos miserables xenófobos. Además lo curioso es que cuando se argumenta sobre el derecho de los pueblos aislados , no lo es a preservarles de asentamientos foráneos estables, es decir inmigrantes,sino incluso preservarles de la temporalidad de la visita turística
En las proclamaciones del derecho al aislamiento de los pueblos indígenas, hay prevenciones especiales sobre el tema de la llegada de turistas, y no sólo de un turismo de masas sino de un pretendido ecoturismo sensible y minoritario.
Los encuentros internacionales sobre el derecho de los pueblos aislados a seguir estándolo son recientes, y se remontan a 2005, luego su relación con el turismo es aún un tema por desarrollar ante todo con el turismo que pretende ser conservacionista o sostenible que se dice; otra cosa es que los defensores del derecho al aislamiento entiendan, creemos que no, que algún tipo de turismo es compatible con el derecho al aislamiento.
De lo que hemos indagado sobre este derecho al aislamiento de esos pueblos indígenas parece que se enerva cualquier actividad turística sobre ellos y su medio.
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En las proclamaciones del derecho al aislamiento de los pueblos indígenas, hay prevenciones especiales sobre el tema de la llegada de turistas, y no sólo de un turismo de masas sino de un pretendido ecoturismo sensible y minoritario.
Los encuentros internacionales sobre el derecho de los pueblos aislados a seguir estándolo son recientes, y se remontan a 2005, luego su relación con el turismo es aún un tema por desarrollar ante todo con el turismo que pretende ser conservacionista o sostenible que se dice; otra cosa es que los defensores del derecho al aislamiento entiendan, creemos que no, que algún tipo de turismo es compatible con el derecho al aislamiento.
De lo que hemos indagado sobre este derecho al aislamiento de esos pueblos indígenas parece que se enerva cualquier actividad turística sobre ellos y su medio.
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Ese derecho al aislamiento aplicado al turismo tiene otra consecuencia especulativa atractiva para nosotros que es idear la mención del mismo para unidades políticas territoriales estatales, regionales o locales, no se trata de ser hostil o agresivo con los de fuera, ni de dejar de atender las obligaciones internacionales que se tengan o que se adquieran, comerciales o de otro tipo, simplemente se trata de querer estar solos es decir más o menos aislados, naturalmente que es xenofobia, pero no lo es menos la de los salvajes que no quieren contactos con nadie, y en todo caso sería un aislamiento menor que el de los pueblos amazónicos, ya que implicaría relaciones con los demás y cumplimiento de sus obligaciones internacionales o estatales. Ya que frente a una territorialidad neta de los aislados, que por muy nómadas que sean la tienen y se les reconoce sobre sus territorios, aunque se hable más de preservar su cultura, modos de vida o recursos que de territorio, a la postre la prohibición se centra en penetrar en un territorio.
Pero curiosamente el exceso de población provoca también una situación de aislamiento: “...la masificación conduce también al aislamiento y a la indiferencia en relación con el prójimo...”. Es como si al final los extremos se tocasen y el hombre hacinado entre semejantes vuelve a encontrarse aislado como los indígenas aislados antes comentados
A este respecto son significativas las palabras de Konrad Lorenz, en “Los ocho pecados capitales de la humanidad civilizada”: “Nuestro amor al prójimo se atenúa tanto con la excesiva proximidad de los innumerables semejantes, que en última instancia apenas queda rastro de él. Quienes deseen exteriorizar todavía unos sentimientos cordiales y afectuosos hacia su prójimo deberán concentrarlos en un círculo reducido de amigos, pues no hemos sido creados para repartir nuestro afecto entre todos los seres humanos aun cuando la exhortación a hacerlo así sea justa y ética.”
Y sigue diciendo: “El confinamiento de muchos seres humanos en espacios muy angostos no sólo acarrea indirectamente una deshumanización incipiente con el agotamiento y entorpecimiento paulatinos de las relaciones interhumanas, sino que también suscita un comportamiento agresivo y definitivamente directo.”(editorial Plaza &Janés 1975, Págs.10 y 11)
NOTAS:
Los acuerdos y conferencias internacionales sobre el derecho al aislamiento de pueblos indígenas no pasan por alto el peligro que para esos pueblos tiene el turismo. Se puede consultar el “Informe sobre la situación de los pueblos indígenas aislados y la protección de sus conocimientos tradicionales” Preparado por Alex Rivas Toledo, antropólogo ecuatoriano, julio 2007. Entresacamos algunas referencias al ecoturismo que señala el informe, no condenándolo expresamente sino alertando sobre él, como un factor más que afecta “…a la estabilidad social y biótica de los pueblos indígenas aislados…”: “…cierto tipo de ecoturismo…” (conclusión 6, Pág. 4).
“Recomendaciones sobre políticas públicas
1. Reconocer al aislamiento como una forma efectiva de protección de los conocimientos tradicionales relativos al uso sustentable de la biodiversidad y de porciones representativas de ecosistemas frágiles.
2. Inhibir la promoción de contactos con los pueblos indígenas aislados:
organizaciones religiosas, equipos de comunicación, empresas extractivas, empresas de ecoturismo, investigadores, otros.” (Pág.5).
“Algunos Estados han diseñado formas singulares de protección que fortalecen a parques y reservas, tal es el caso de las Zonas Intangibles de Ecuador y Bolivia las cuales prohíben el desarrollo hidrocarburífero, minero, forestal y turístico favoreciendo la protección de los pueblos indígenas aislados. (Pág.16).
En general lo que se desprende de estos manifiestos es el recelo sobre cualquier tipo de turismo ya que supone el contacto con los pueblos aislados y respecto a los que no sólo perjudica su aislamiento la extracción de recursos y las obras civiles sino otras en apariencia más suaves como cuando se previene contra “Eventuales intervenciones enmarcadas en el desarrollo sustentable como el ecoturismo y etnoturismo que no respetan el derecho al aislamiento voluntario.”(Pág.29)
Los aspectos sobre territorialidad y que hemos venido comentando tienen su más clara expresión en alegaciones como la que siguen: “En general, se debe prohibir el ingreso de personas ajenas a dichos territorios.” (Pág.40). Se trata de evitar-prohibir cualquier contacto y el turismo sea el que sea lo supone.
Anterior a las conclusiones anteriores está el trabajo de Vincent Brackelaire de “Situación de los pueblos aislados en América Latina (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela) “ enero 2006 y en los que se alude también al turismo, en este caso como incontrolado por tierra y aire.(pág.6)