....o cuando la gallina debía ser el animal de nuestro escudo.
Tras la eliminación de Bin Laden lo que más me interesaba de oír es la opinión de los nuestros , especialmente los de la casta y también de los comentaristas. Hay veces que las unanimidades son buenas para dar cohesión y sentimiento de verdadero pueblo, y ellas no son malsanas si verdaderamente son admisibles las opiniones en contra que puedan dar así la verdadera medida de la unanimidad. Por un lado he de celebrar ese sentimiento o al menos es lo que por tv he visto entre la sociedad norteamerican ,que sin tapujos celebraba unanimemente la ejecución del jefe terrorista.La nota unos turistas españoles entrevistados en Nueva York: no podemos celebrar la muerte de una persona. Luego no he podido sustraerme a ver alguna tertulia, y oigo la calificación de asesinato, y a Sánchez Dragó de terrorismo de Estado.Le hacía más listo a este último. Primero dudo que Bin Laden se haya rendido, luego además de la más que probable inevitabilidad de despacharle, cuestionar la legitimidad de la operación sería cuestionar toda operación que con arreglo a la doctrina militar más ortodoxa utiliza comandos para actuar sorpresivamente contra el enemigo. ¿Alguien duda de que estamos en guerra contra esta gente? Sí, porque hay mucho parlanchín con firma reconocida que cree aún que la guerra sólo es la convencional, la que se declara formalmente, y que se batalla sólo con choques en campo abierto entre tropas y de día.
Pero donde verdaderamente he regurgitado mi asco y desprecio es con la opinión o la ausencia de ella de nuestros líderes, y con esas palabras amables, huecas, faltas de sangre, de pasión y que sólo merecen mi desdén.No les niego inteligencia, pues la deben tener para medir tanto las palabras, y pensar tanto lo que dicen.Por supuesto felicitaciones expresas de la eliminación como las de Obama, ni una, todo eufemismos lelos, ramplones y congratulaciones de medio gas. Para muestra las de Rubalcaba: es un duro golpe para AlQAEDA, ¿y?.Ni una sola palabra que expresamente celebre la muerte del jefe enemigo. Y en los del PP no creo que tenga que desdecirme, y las insulsas palabras del quietista Rajoy, ya ni las recuerdo.
Lo grave de estos comentarios de saldo es que, o así lo sienten, en cuyo caso su verdadera solidaridad con los muertos del 11M es escasa, o que sí que celebran en la intimidad de su asqueroso retrete la muerte de Bin Laden pero por medio o prudencia no osan decirlo, y seguro que con el aplauso de casi todo el corral patrio, no sea que la venganza recaiga sobre nosotros.
¡Y pensar que en la literatura universal se nos ponía a los españoles como aguerridos y batalladores!
En todo caso más honorable darle muerte cara a cara que no teledirigir una bomba a la casa y acabar con todos los de dentro sin excepción. ¿O es que no hemos matado así a un hijo de Gadafi y a tres nietos? Los que citican lo de hoy supongo que lo harán más con los bombardeos diarios y nocturnos sobre Libia.¿O es que la salvedad moral estriba en no ver la cara de tu enemigo cuando lo matas?
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