Una vuelta más de tuerca en el garrote a que se somete a nuestro Derecho procesal o jurisdiccional:¿Como diablos se puede convocar un juicio sobre hechos criminales aún no agotados?
Si los piratas que retienen el barco empezasen a matar pescadores, los dos piratas presos no serían responsables en calidad de autores pero su responsabilidad vendría agravada por ser participes en un hecho que luego acaba en asesinato. Creo que es de cajón, y aunque no fuere así es de lógica no enjuiciar hechos aún no agotados. Cuando precisamente uno de los males de nuestra justicia es la insoportable tardanza en hacerla,salen ahora estos leguleyos de mucha toga y poca espada queriendo ejercer una rapida represión que encubre el cumplimiento a las exigencias de un chantaje.
Espero que alguno de los alumnos del orondo ministro de Justicia le exijan en sus clases de Derecho Constitucional aclare de como se retuerce el Derecho a golpe de coacción, y que diga en que lugar de los manuales implantan esta nueva figura procesal de la COACCIÓN, para así ir descatalogando por desfasados los que recogen principios rígidos que dan poco poder de maniobra a las instituciones.
(sobre la sentencia del TC que debe dictar sobre el Estatut de Cataluña)
ResponderEliminarLa existencia del Tribunal Constitucional, que si algún parangón anterior tiene es con el CONSEJO NACIONAL DEL MOVIMIENTO, era prescindible cuando se forjó la Transición, y veo plenamente razonable que no pueda enmendar la plana a un Parlamento o al Tribunal Supremo,que dejó de ser supremo.
Lo que no se puede es atacarle cuando se vislumbre que lo que puede decir o sentenciar no gusta, eso se dice antes, en frío y sin tener temas pendientes con él.
Su existencia es una muestra más de la maraña o enjambre político-administrativo que los políticos idearon para tener mil agujeros, caladeros o rincones para mangonear el país: Senado, gobiernos autonómicos,parlamentos autonómicos, consejos comarcales, y luego el retiro de oro de la 4ª fila en retaguardia con poco trabajo y mejor sueldo: las instituciones europeas.En las cuales tienen hasta un lenguaje eufemístico para encubrir la vagancia, y cuando no andan por Bruselas o Estrasburgo, dicen que están en sus circunscripciones, es decir en casa.