La literatura, la arquitectura, el arte en general y hoy también el cine son manifestaciones significativas para rastrear y verificar la actualidad en un momento histórico determinado del Ciclo Artúrico, conocido también como Material de Bretaña; aunque dichos indicadores tampoco demuestran definitivamente la actualidad de la materia, y pueden tener una mera finalidad artística o ser algo más y trascender la literatura de ficción bien expresamente o lo que es más sugestivo, amparándose en el soporte de una pretendida literatura de ficción, encerrar algún tipo de mensaje más o menos críptico o esotérico que se pretende trasmitir o mantener. Pero desde un punto de vista antropológico lo que también nos interesa y que rebasa lo estrictamente literario o filológico es si independientemente de las manifestaciones culturales sobre el ciclo artúrico, en una sociedad están presentes ciertos principios vertebrales del mito o de la tradición que el ciclo encierra, si son indiferentes, o si son necesariamente incompatibles con dicha sociedad. En suma aunque la muestra artística, que duda cabe de que representa una supervivencia y cierta vigencia de la materia, tampoco puede negarse que tal vez la vigencia a la que se refiera sea sólo estética en el sentido más plástico, escénico o teatral del término. Por el contrario tampoco puede descartarse que pueda darse una supervivencia del Material de Bretaña en ausencia de iconografías o literaturas sobre la misma, pero con presencia de ciertos valores cuya vigencia o concreción muchas veces será de forma críptica y constatable sólo para iniciados, y cuya difusión no sólo no se prodigue sino que se persiga.
1El tema que también podría ser atractivo desde un punto de vista más allá de lo literario es si sobre el Material de Bretaña se ha producido por parte de algún movimiento, confesión,, credo político o ideológico alguna postura de apropiación, asunción o comunión, pero al mismo impidiendo su general difusión o incluso persiguiendo este. También podría rastrearse si las manifestaciones culturales del ciclo artúrico son mensajes o lenguajes crípticos para iniciados que perviven disfrazados como meros cuentos de caballerías y de amor, ligeros y entretenidos pero con verdades asequibles sólo al iniciado.
El ciclo arturiano, además de la propia materia que le da nombre, que es la del propio rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda, contiene tres temas básicos que con el tiempo han ido conformándolo, a saber: 1) La busca del Santo Grial, 2) Merlín y 3) Tristán e Iseo.
1) La busca del Santo Grial empieza como un libro de caballería y termina como una narración mística y donde los episodios de combate se alternan con los sentimentales. Aunque en principio el Grial es el cáliz que utilizó Jesús en la Última cena y en el que José de Arimatea recogió la sangre de Cristo producida por la lanzada de Longino,
2 esto sólo es el principio, ya que partiendo de ello el Grial es también la piedra filosofal, un ideal hermético, o incluso un libro filosófico o religioso, y aunque ello tiene un componente cristiano, cuestión distinta es si puede el ideal del Grial trascender al cristianismo al margen de este. La Iglesia por su origen pagano no concedió un lugar preeminente a la leyenda, por eso los textos no se guardaron tanto en los monasterios, donde se habrían conservado, sino en las bibliotecas de los nobles, o incluso se puede pensar que fue contra el Grial contra lo que la Cruz se movilizó en la cruzada contra los cataros.
2) Merlín es mago y custodio del linaje de los Pendragón, consejero de Arturo, pertenece también a la Tabla Redonda.
3) Tristán e Iseo es la epopeya del amor que se prolonga después de la muerte e influyó también en muchos episodios del ciclo arturiano.
En suma todo el ciclo arturiano es un itinerario espiritual, indudablemente esotérico, exégesis teológica y mística que al decir de Jean Pierre Bayard “no puede morir, ya que de él brotaron siempre nuevas interpretaciones”.
3Ahora bien una cosa es que el ciclo no pueda morir y otra que quepa cualquier interpretación y que aquel lo veamos asumible por la sociedad o cultura actual, nuestra o ajena, y que sea compatible o no con las mismas. Para este rastreo nos podemos fijar en algunos polos de referencia y que creemos significativos, precisamente por controvertidos, sobre todo porque de antemano sabemos las objeciones posibles que desde la ortodoxia antropológica se pueden hacer, aunque no por ello dejemos de decir las impertinencias en las que más que menos creemos.
A) CRISTIANA Y OCCIDENTAL.-
Que el nacionalsocialismo fuese también en busca del Grial no debe suponer una interpretación mezquina por reduccionista de entender que la Tradición artúrica en general y el Grial en particular encaje de maravilla con el ideario nazi
3, si bien es cierto que dicha Tradición el nazismo quiso reducirla a la raza aria. Ahora bien una cosa es desembarazar al Grial de la losa del nacionalsocialismo, cuan abrazo asfixiante, y otra poder entender que dicho mito encaja en un mundo globalizado, multiétnico y multicultural. Al decir de John Matthews la tradición artúrica “..aunque establecida sobre nuestra tierra nativa, se ha hecho universal por su amplio campo de aplicaciones. No importa en qué lugar del mundo vivan los que tengan el deseo de explorar; los valores siguen siendo los mismos
4.” Esta idea en suma exportadora de la materia no es algo que resulte indiscutible, ya que por ejemplo Julius Evola aunque vea en la tradición un carácter supranacional más allá de Inglaterra, este país aparece como accidental, en la literatura medieval el reinado de Arturo es el del jefe simbólico de la mejor caballería cristiana
5. Poder extender esa tradición más allá de ese centro espiritual, aunque no sea geográfico sea seguramente desnaturalizar en exceso las cosas so pretexto de igualitarismos culturales y planetarios que son los que en general imperan hoy y más aún desde una perspectiva antropológica. Cierto es que el origen artúrico no empieza como cristiano, pero acaba siéndolo, y prescindir de ello es seguramente una renuncia estéril que vacía de contenido fundamental al mito
6. En otro sentido podemos ver la opinión de Matthews para quien “no se exige de aquellos que siguen al Grial hoy en día que se adhieran a ningún culto o credo específico; sólo que vayan en busca del bien general,..”
7B) VALORES HEROICOS O ÉPICOS.-El ciclo arturiano está indisolublemente unido a una tradición de tipo heroico de la ética y estética de la mors triumphalis, donde la muerte es una victoria y una liberación del alma. Querer buscar esos valores en nuestra sociedad más próxima es seguramente tarea difícil, ningún líder cercano osaría hoy empuñar ni alegóricamente la espada, ni tan siquiera una escoba, cualquier alusión heroica sería tachada de belicista y contraria a la deseable llamada cultura de la paz.
En nuestro contexto nacional hay dos ejemplos que demuestran esa obsesión pacifista y en suma antiheroica. Uno podemos verlo en la supresión que en 1999 se operó en la clásica fórmula española del juramento de bandera, de innegable sabor arturiano, medieval y caballeresco, y que refería un juramento por Dios de entregar si fuere preciso hasta la última gota de sangre
8. La sangre es fluido vital indisolublemente unido al Grial, la sangre constituye el arcano de la profecía, indica una descendencia hereditaria y racial, “esta pureza de la sangre queda como virtud del individuo, del clan, de la nación y de la raza
9.” El otro ejemplo de esta desactivación heroica está en la incomodidad de cierto patrimonio monumental indeseable en que han devenido los monumentos a los caídos o similares y los museos militares.
10Lo delicado del rechazo radical de estos valores heroicos es la dificultad de activarlos en caso de necesidad, ya que otros evidentemente no los han olvidado y además se aprovechen de nuestro olvido que tanto conviene a sus intereses. Un indicio, sino prueba de la irrenunciabilidad épica en el mito lo es que aunque los diversos textos literarios tienen elementos humorísticos, cuando se trata de lo militar y del amor está preservado de hacer bromas con ello.
11C) CUESTIÓN DE GÉNERO.-Creemos que es realmente arduo poder adaptar el ciclo arturiano al igualitarismo radical que en cuestión de género existe o se pretende en nuestra sociedad, a pesar de que somos conscientes de que en nuestra disciplina se nos ha expuesto justo lo contrario, y que en muchos mitos, leyendas y cuentos el sexo de los protagonistas es o se pretende accesorio; incluso referido al mito artúrico Matthews habla de la búsqueda del Grial de forma indistinta por hombres y mujeres (ob.cit.pág.136), aunque en realidad páginas antes si que relaciona claramente el papel que en el ciclo tienen las mujeres que es el de diosas,(ob.cit.pág.87) y que se diluyó por el cristianismo, papel que no relaciona en cambio con los hombres.
Cierto que las historias de caballería y los cultos heroicos siempre tienen amadas por las que luchar y morir, pero en estos ellas no suelen ser guerreras
12. En esta materia además si que podemos valernos de tradiciones no cristianas que reafirman la universalidad del amor; la relación establecida entre el amor y el heroísmo encuentra su expresión límite en la "Muerte-por-amor", común al amor sufí y al amor provenzal, y presente en las leyendas populares, en la mitología guerrera y en el lenguaje místico. En la tradición caballeresca, buscar el peligro "por amor de una dama", haciendo alarde de coraje y de temeridad, expresa el deseo de morir por ella. El que ama -decían los místicos musulmanes- muere para sí, y si no es amado, es decir, si no vive en el ser amado, muere dos veces.
El simbolismo de la espada (excalibur), es un simbolismo viril, prueba de ello, o al menos indicio, no es sólo que quien empuña la espada es el hombre, lo es también que quien la presta es la dama del lago, es decir la mujer, que facilita la espada o la guarda, pero no la usa. La espada símbolo elemental de la caballería, es un símbolo masculino. ¿Cómo encaja esto con que en nuestra sociedad la mujer no sólo sea militar, sino también guerrera? Pues de ninguna manera, a nuestro parecer. No hay que olvidar además que el derramamiento de la sangre del guerrero o del jefe puede verse como revitalizador o positivo para su pueblo, no así el de la mujer que es quien da la vida.
13Vemos pues que los tres elementos referenciales elegidos, no dan desde nuestro punto de vista muchas posibilidades de reconocer la vigencia actual del mito artúrico como vivo más allá de manifestación literaria, artística o cinematográfica, lo cual tampoco quiere decir que el mito sea incólume e inadaptable, ya que de hecho este se conformó a lo largo del tiempo, pero de los elementos que hemos querido contrastar parece que hay unos principios mínimos inmutables cuya supervivencia sería necesaria para poder hablar de la vigencia del mito, lo cual tampoco quiere decir que no subsista en estado latente y esté sometido a manifestaciones cíclicas que resurjan en un momento determinado.
NOTAS
1 Sin tener que remontarnos al antecedente clásico de destrucción bibliófila como fue la de la Biblioteca de Alejandría (año 646d.C), encontramos que en todas las épocas cierto saber llamado oculto o esotérico se ha impedido que se difundiera, destruyéndose tanto obras concretas, como bibliotecas enteras. Así por ejemplo los nazis en 1933 quemaron todos los ejemplares del libro sobre los rosacruces, Die Rosenkreuzer, Zur Geschichte Einer Reformation, y en 1940 en la Francia ocupada, destruyeron los ejemplares de Misión de la India en Europa y Misión de Europa en Asia. De igual manera en 1944 una unidad especial fascista, quemó 80000 libros y manuscritos de la Sociedad Real del Saber de Nápoles. Estas destrucciones y otras por el estilo no eran con frecuencia por ser contrarios a lo que esos libros exponían, sino justo al revés, por ser muy afín y querer evitar su conocimiento por el público en general.
2 La lanza de Longino es un símbolo también asociado al Grial en 1938 cuando la anexión nazi de Austria fue llevada de Viena a Nuremberg como objeto de culto del régimen hitleriano, y del propio Hitler. Sobre la relación con el Grial y la importancia de los dos símbolos para el nazismo y otros grupos esotéricos resulta imprescindible la obra de Trevor Ravenscroft, “Hitler. la conspiración de las tinieblas”. Madrid. Edit. América Ibérica 1994
3“Historia de las leyendas”, Jean Pierre Bayard, edit. Vergara 1957, pág. 97.
4 El régimen hitleriano comisionó al gran especialista del catarismo Otto Rahn al país de los albigenses en busca del Grial (este tema es tratado en “Hitler y la tradición cátara” de Jean-Michel Angebert, Plaza & Janés 1976).
5 “Los misterios de la tradición artúrica”, ediciones Temas de Hoy 1992, pág.176.
Un dato que puede servir para decantarse por lo exportable o no del mito es la difusión bibliográfica en la América colonizada del principio, así por ejemplo no se encontraron ejemplares en el continente americano, pero sí en Filipinas a donde llegó y se tradujo a la lengua nativa el Jaufré.
6 “El misterio del Grial “, Plaza &Janés 1977, pág.57.
7 En el material del Jaufre, s.XII, que es Material de Bretaña difundido por los territorios de la Corona de Aragón, la dedicatoria del autor se refiere al rey aragonés Alfonso II al que se asemeja con Arturo, caballero de Dios y batallador contra los enemigos de este, que tanto se refiere a los infieles musulmanes como a los herejes albigenses, es decir que en todo caso es una caballería cristiana que lucha contra los enemigos de la fe o la herejía. “...Como Dios no ha encontrado en él pecado, le ha permitido vencer en su primera batalla , sobre los infieles...”,(prólogo del Jaufré del texto facilitado a la clase el 6 de marzo de 2008)
8 “Los misterios de la tradición artúrica”, John Matthews, ediciones Temas de Hoy 1992, pág.143
9 Ordenanzas de Carlos III (1768) (artículo 11 del tratado II, título XII)
¿Juráis a Dios y prometéis al Rey el seguir constantemente sus banderas, defenderlas hasta perder la última gota de vuestra sangre, y no abandonar al que os esté mandando en acción de guerra o disposición para ella?.
Responderán todos los reclutas: Sí, juramos.
El capellán dirá: Por obligación de mi ministerio, ruego a dios que a cada uno le ayude si cumple lo que jura, y si no se lo demande.
“Hasta perder la última gota de vuestra sangre”, es una frase integral y sin dudas, que recoge un espíritu de resistencia total.
10 Bayard, ob.cit.pág.90. No hacen falta comentarios para ver lo alejados que estamos de esta ética y estética.
11 El tema de la destrucción institucional de los monumentos a los caídos se ha justificado para Barcelona en ser fascistas (agosto 2005), pero encierra también un rechazo de cualquier discurso que exalte lo heroico. En las mismas fechas el lema pintado en una montaña del Pallars y que lo era de la academia militar que desde hacía décadas lo tenía como propio, de “A España servir hasta morir” fue borrado por el Ministro de Defensa. Peligra de igual manera la suerte de algunos museos militares, como el de Barcelona, que algunos ven como incompatibles con la llamada cultura de la paz. Ello claro está se ha de circunscribir a nuestro país, ya que incluso en países en apariencia afines, en esta materia los valores son claramente distintos, valga de ejemplo reciente el del Reino Unido, donde la popularidad de un príncipe nieto de la reina sube espectacularmente por haber estado combatiendo dos meses en Afganistán, llegando incluso al mal gusto de haberse contabilizado las bajas que ha causado en los infieles.
12 Otra cosa es que la literatura actual ambiente historias en tiempos antiguos con heroínas y guerreras, que nos confundirían por referirse a épocas pasadas, pero cuya creación y gusto estético es actual, un ejemplo de esta literatura que recompone historias antiguas con el sello feminista actual sería el de "Las Nieblas de Avalón", que recrea el ciclo artúrico desde una perspectiva femenina escrito por Marion Zimmer Bradley (1930-1999), en el que la narración corre a cargo de Morgana le Fay; y "La antorcha" historia de la guerra de Troya narrada por Cassandra (siempre sus protagonistas femeninas fuera del considerado rol de la mujer). En 1.990 junto con Julian May y André Norton escribió "El Trillium Negro", novela en la que tres princesas deben encontrar la mágica flor del trillium negro.
Aquí además nos aprovecha el comentario que hacemos en la nota precedente, si en cuestiones de amor tampoco hay bromas, el amor al que se refiere el mito es el amor hombre –mujer donde sus papeles no son intercambiables o indistintos, y por supuesto se trata de un amor heterosexual, que no encaja bien con la literatura de mujeres guerreras, de hecho Zimmer en los años 60 produjo literatura gay y lesbiana considerada pornográfica; lo que en suma nos demuestra que el amor caballeresco es poco o nada compatible con la inversión de roles en que la que esgrime la espada es la mujer.
13 Curiosamente en España al tiempo que se permitió a la mujer militar acceder a cualquier puesto de combatiente se suprimió de la formula del juramento a la bandera la locución del derramamiento de la sangre.